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Estudiante de lo abstracto y dibujante de lo concreto, ¡este blog es para todo lo relacionado con el dibujo, ya seas nuevo en el tema o no!

sábado, 27 de abril de 2013

Cómo hacer un dibujo digital


¡Hola! Dispongo todavía de unos minutos antes de tener que marcharme, ¡y emplearlos con vosotros me parece una buena idea!

Veamos, como ya dije en una ocasión, hago dibujos por encargo (sobre todo, en deviantArt). Y, mientras lo hacía, pensé que sería una buena idea ponerlo y explicar un poquito cómo he hecho este. No es como el de la ballena, que tenía unas condiciones especiales, sino que este es un dibujo como los que normalmente suelo hacer. Por ello lo pongo, porque si puede ayudar a alguien, ¡mejor que mejor!





1. Hacemos el lineart. Hay gente muy, muy buena con el color que directamente empieza por él. Pero si prefieres tener líneas (ya sea para dejarlas luego o sólo usarlas de guía) lo más básico es hacer el dibujo en sí mismo.


En mi caso he utilizado tableta y he trazado las líneas que utilizaré hasta el final sobre un boceto. Cuando hayáis cubierto todas las zonas y quitéis el boceto que os ha servido como guía -ya no os hará falta- quedará una cosa tal como la que se ve a continuación.


2. Ahora, la base del color. En otras palabras, el color principal sobre el que aplicaremos las luces, sombras,  texturas, etc. que conformarán el dibujo final. Un truco: si utilizáis colores claros y un fondo blanco o transparente, os va a costar detectar si os habéis salido de la línea o no a simple vista. Cada parte del dibujo puede oscilar entre la gama de colores cálidos o fríos, pero para cuando estéis con cada una os sugiero poner un fondo provisional con un color más oscuro, que contraste o que, dicho de manera no muy adecuada pero fácilmente comprensible, un color que chille mucho. Con eso os vais a dar cuenta de que os habéis salido antes de que lo hagáis.
¡Oh, Dios mío! ¡Un Avatar!


Para colorear cada parte, podéis hacerlo de muchas maneras, pero yo os digo las que suelo usar y me dan mejores resultados:

  • Nota: en ambos casos, te sugiero hacer cada zona en una capa distinta. 
Un poco plano, ¿no? ¡Nada, nada!
¡Ahora se soluciona!
-Seleccionar cada área (sobre el lineart, no sobre la capa que vas a pintar o el programa escogerá todo el plano del dibujo y no sólo lo que tú quieres) y luego utilizar o bien el propio pincel para pintarlo todo rápidamente o la típica herramienta cubo que da color a todo lo que selecciones.
-Dibujar directamente cada parte. Seleccionar no siempre es algo que se pueda hacer directamente (a veces la línea no es lo bastante fuerte, las áreas están abiertas...) así que la selección, en ese caso, se tendría que hacer delineando. Pero, si ya tienes que delinear en sí, ¿por qué no lo haces directamente con color?

Sea como fuere, os tiene que quedar al final como el dibujo de la derecha.


3. Luces y sombras, ¡démosle profundidad! 

3.1. Las sombras. Bueno, lo común es empezar por las luces; pero yo, que soy así de especial, suelo empezar por las sombras. Me resulta mucho más fácil imaginarme dónde irá cada una. Así pues, aunque voy a tocar ambos aspectos, voy a empezar por las sombras.

Antes de nada, otra sugerencia: como ya tendrás la base hecha por capas, selecciona cada una de ellas, crea una nueva encima y ponte a pintar. Al estar la zona delimitada es difícil que te salgas y pintes otras zonas o incluso el que va a ser el fondo. Ante todo, economizas: es menos tiempo que empleas borrando después.

Sombra aquí y sombra allá...
Ya va tomando forma, ¿verdad?
Sea por lo uno o por lo otro por donde comiences, un consejo: si te pasa como a mí al principio y consideras que tus sombreados tienen siempre la misma dirección, intenta imaginar lo que estés haciendo con volumen y dónde les pondrías un foco de luz. Las zonas que estén más cerca y sobresalgan tendrán luz y las más hundidas, lejanas y, ante todo, detrás de zonas de luz, se irán haciendo progresivamente más oscuras.
Imagina que ese foco en vez de dar una luz homogénea lanzase un haz de luces o, dicho de otro modo algo más burdo pero más ilustrativo, rayos. Rayos bien visibles de luz, líneas rectas que nacen en el foco y van hacia el otro extremo del dibujo; cuando den con una de esas zonas de luz, la línea se detiene e inunda en mayor o menor medida esa zona. Y, entonces, la zona iluminada proyectará sombra (al igual que tú y yo proyectamos una cuando la luz nos ilumina por la calle).

Puedes empezar por la parte del dibujo que quieras: vas a tener que hacerlo en todo, así que escoge la que te resulte más fácil, más divertida, más interesante... Lo que tú quieras.

Las sombras, al igual que las luces, es mejor hacerlas poco a poco en diferentes fases. Te recomiendo que con una herramienta suave hagas sombras amplias pero suaves allí donde la luz no incida. Si te es necesario, difumina los bordes en los que termina la sombra y empieza el color base para que quede más fluido. Después (mejor si es en una nueva capa, recuerda que si tienes que borrar cuanto menos trabajo te cueste mejor), haz sombras cada vez más finas pero con un color más contrastado. Estas, tanto las sombras suaves como las bruscas, puedes hacerlas en tantas veces como quieras: cuantas más hagas, mayor sensación de degradado y, con ello, tridimensionalidad. Eso ya depende de qué tipo de dibujo quieras hacer, porque dependiendo de qué estilo hagas el sombreado es de una manera u otra.


Este es el resultado de añadir las luces
3.2. Las luces. Las luces son lo que le van a dar ese toque redondeado. Además, ¡son muy gratificantes de hacer! La clave aquí sí que se encuentra en los degradados y las sutilezas, muy poco a poco. Una cosa muy útil -y que es la que hace divertida y gratificante esta parte- es hacer pequeñas líneas en los puntos fuertes de luz y luego difuminar un poco de la siguiente manera: donde incide más la luz se difumina poco y, a medida que se aleja, se difumina más. ¡Veréis qué bonito queda! El sistema, además, es el mismo que con las sombras. Os vendría bien poner estas capas encima de las de las sombras: así si os habéis colado un poquito escogiendo cuánto van a abarcar las sombras, la luz lo corrige. Tiene que quedar como el dibujo de arriba.


4. Un fondo adecuado para el dibujo. En este caso, para resaltarles a ellos, no es necesario poner un fondo elaborado. Basta con un color suave que acompañe el dibujo principal. Prueba a darle volumen sombreando alrededor de los personajes (en la dirección contraria donde da la luz, recuerda) o bien escoge diferentes tonos del mismo color y repártelos al azar por el fondo. Eso, realmente, queda a tu gusto y elección: prueba diferentes cosas, no le tengas miedo a borrar las veces que sea necesario y ¡diviértete hasta dar con un fondo de tu gusto!

5. Acabar el trabajo. Redimensionar, firmar, retocar algo... Eso ya es cosa tuya. Lo importante es que, cuando ya esté listo, haya quedado completamente a tu gusto.











Bien, ¡eso es todo! Os dejo un resumen en imágenes por si os resulta más cómodo echarle un vistazo. ¡Hasta la próxima!


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