¿Quién soy?

Mi foto
Estudiante de lo abstracto y dibujante de lo concreto, ¡este blog es para todo lo relacionado con el dibujo, ya seas nuevo en el tema o no!

jueves, 9 de mayo de 2013

Qué hacer contra el bloqueo creativo

¡Hola de nuevo!

Llevo un tiempo bastante absorbida con la universidad y algunos otros trabajos. Tal es así que el dolor de cabeza y el agobio se han convertido en mis amigos para siempre.

El tema es que, con todo, he conseguido ir haciendo algunos dibujos (están subidos en mi deviantArt, por si queréis echarle un ojo) pero nada especialmente relevante. Y hoy, intentando hacer algún garabato con el que relajarme entre trabajos me he visto que no sabía qué hacer. Tenía el lápiz en la mano, la tableta lista y ganas de dibujar... pero nada. No salía nada. Y por mi cabeza, cuando dibujo, siempre pasan muchas imágenes rápidamente hasta que doy con la que quiero plasmar: pero en esta ocasión no ha salido nada. Blanco. Todo blanco, ni una triste planta rodadora de por medio.

Así pues, he pensado de pronto en el clásico problema que toda persona que se dedique, ya sea por afición o por trabajo, al arte sufre de vez en cuando:


EL BLOQUEO CREATIVO

El bloqueo, ese gran desgraciado.

Paradójicamente, tener un bloqueo creativo es lo que me ha dado la idea de hacer esto y, en sí mismo, desbloquearme. Pero eso normalmente no sucede. 
Así pues, os voy a poner algunos consejillos, trucos e ideas para esos momentos en los que queréis dibujar/escribir/componer/lo que sea y no hay modo humano de que os salga nada. 


El bloqueo creativo es ese molesto -a veces hasta trágico- momento en que tu creatividad no fluye de ninguna manera. Cada vez que te pones delante del papel, del ordenador... no consigues dar rienda suelta a lo que para ti normalmente es ya algo casi automático. Esto genera estrés, te agria el humor y, en ocasiones y dependiendo de las circunstancias, genera ansiedad. Por no mencionar que, como es obvio, te impide llevar a cabo lo que para mucha gente es un trabajo con fechas límite que no perdonan. 

Los bloqueos no duran un tiempo determinado, lo cual angustia todavía más. No son como un catarro: no tienes claro si te va a durar hasta mañana, una semana, un mes, años. Y sí, sí, lo digo en serio: años. Son casos muy extremos, pero puede pasar. 

  • ¿Cómo puede ser el bloqueo creativo?
Lo más común es que te quedes en blanco. Por más horas que estés intentándolo, no sale nada. Es ese día o esa temporada en la que parece que quieres dibujar algo y dibujas todo lo mal que normalmente no dibujas o, incluso, ni eso: el lápiz pesa un quintal para ti y de ahí no sale nada. Revisas y rebuscas en tu cabeza y no hay ideas que llevar a cabo.

¡No, no, no! No te suicides,
sigue leyendo. 
También puede ser, aunque esto no se identifica tanto con el bloqueo
creativo (aun siéndolo), que te pase lo contrario: tienes muchas ideas, tantas que no eres capaz de dedicarte a ninguna. Sucede como cuando eres muy pequeño y llegas a un parque nuevo: te gusta todo tanto que te quieres montar en todo, ¡pero a la vez! Y, como a día de hoy los seres humanos no nos desdoblamos, tu cerebro decide que hasta que no recuperes la sensatez se va a ir a dar una vuelta y de vez en cuando se pasará a ver si ya te has tranquilizado. Así que te bloqueas. Te saturas de tanta información y, directamente, no haces nada. 

Otra forma, más típica en la escritura que en el dibujo, es que te hayas aburrido del proyecto, no sepas cómo seguir y tengas algo así como desgana. Sí, no estás totalmente en blanco: alguna idea circula por ahí, pero no te convence. Te convence tan poco y tienes tan pocas ganas de seguir con algo que no te motiva que, una vez más, no continúas. 
  • ¿Por qué se dan los bloqueos creativos?
Puede ser por muchos motivos: estrés, aburrimiento, desmotivación, agotamiento, miedo.

Normalmente el estrés es el principal enemigo. El exceso, entendedme (una cantidad adecuada de estrés es beneficiosa, de hecho). Incluso más que la desmotivación o el miedo, aunque le andan cerca. La vida diaria, te dediques a lo que te dediques, tiene sus ajetreos y por unas o por otras te hace pasar por momentos de agobio. Tienes muchas cosas que hacer, estás cansado, se te acumula el trabajo, tienes problemas con un familiar, tu pareja o un amigo querido y no consigues dejarlo a parte, has tenido algún problema de salud... El caso es que, por el motivo que sea, estás tan agobiado que no consigues que salga nada. Adaptándolo al caso de exceso de ideas, querer muchas cosas y no hacer ninguna, no llegar a nada, puede generar también más estrés del conveniente. 


La desmotivación es también nefasta. La motivación -dicho de una manera que, si algún profesor mío me pregunta, negaré haber escrito yo y alegaré posesión infernal de por medio- es lo que nos mueve a hacer cosas. Quedaos con eso. El tener un objetivo, el sentirnos satisfechos con lo que hacemos, ese tipo de cosas nos mueven a hacer lo que hacemos. El miedo para algunas personas también puede ser motivador, pero yo voy a tratarlo aquí como causante de bloqueo, por eso no lo trataré en este párrafo. Como decía, la motivación es la que nos lleva a hacer las cosas. Si carecemos de motivación, entonces, no las hacemos o, como mínimo, nos cuesta mucho más hacerlas. La motivación puede ser interna (sentirse realizado, capaz, divertirse...) o externa (dinero, aprobación...). En función de qué clase de motivación tengas para hacer esa tarea en concreto la manera de actuar será una u otra. No se resuelve igual un problema de desmotivación por no verse competente que uno por no recibir ninguna clase de atención por tus iguales. 

El aburrimiento va ligado a la desmotivación. Cuando una tarea ya no te resulta atractiva ni gratificante todo tu ser te dice que la dejes. Sí, podrás tener las ideas, podrás tenerlas incluso perfectamente estructuradas y presentes. Pero si te aburre mortalmente seguir con un proyecto, ¿cómo te va a resultar fácil continuarlo?

El agotamiento, sea físico o mental, es en mi opinión el más fácil de resolver. No obstante, no por ello no lo vamos a tener en cuenta. Cuando nuestro cuerpo o nuestra cabeza llega al límite nos dice basta. Y como diga basta, por mucho que tires de las fuerzas que te queden, no hay mucho que hacer. A fin de cuentas, el cansancio es un indicador más que tiene nuestro cuerpo para decirnos que necesita detenerse. Muchas veces eso no nos detiene; por eso se detiene él. Y sin preguntarnos. 
El agotamiento puede darse con más frecuencia en el caso de que tengamos demasiadas ideas a la de cuando no tenemos ninguna.

Por último -motivos pueden darse más, pero yo menciono los que considero más comunes- el miedo puede bloquearnos por completo ante cualquier cosa. Como ya he dicho, hay quien lo encuentra motivador, pero prefiero en el caso de los bloqueos creativos suele ser más bien algo malo. El miedo puede venir del temor a que nos evalúen mal, nos juzguen, no cumplamos nuestros objetivos ("no demos la talla"), no acabar algo a tiempo... Cuando tenemos miedo durante largo tiempo -no hablo de la clase de miedo que nos hace correr cuando viene un coche, que es momentánea- nos agarrotamos. Y, al igual que se agarrota el cuerpo, la mente también lo hace. 

  • ¿Cómo puedo superar un bloqueo creativo?
Nada de lo que yo te diga va a ser una fórmula mágica. Sí es cierto que estas cosas funcionan en un porcentaje alto de las veces, pero funcionan mejor cuanto más personalizado es. No todo el mundo tiene bloqueos por los mismos motivos ni a todo el mundo le funcionan igual las mismas cosas. 


Afortunadamente, la mayoría de las veces sí que dan buen resultado. En el peor de los casos, si no os quitan el bloqueo al menos lo suavizarán lo suficiente como para que con un poco de tiempo ayudando se os pase de la misma manera que apareció. 

Lo que voy a poner a continuación son mis recomendaciones personales. Bien podría ir a por un manual de Psicología como tal y recitaros los apuntes, pero eso también podéis hacerlo vosotros mismos. Lo que os voy a ir diciendo, aunque sale de ahí, no es todo lo que hay ni dicho de la misma manera ni en la misma profundidad. Si queréis algo que sea palabrita de psicólogo, es mejor recurrir a uno o estudiarse bien algunos libros. Tampoco os voy a hablar de cosas como el brainstorm ni nada parecido, porque no me estoy refiriendo a qué hacer cuando no tienes ideas, sino qué hacer cuando no eres capaz de tener una. También aseguro que esto lo hago con todo mi interés en que os ayude a salir de esos bloqueos que todos hemos sufrido alguna vez. 

Bien, ¡aquí vamos!

Lo primero, primero de todo que os recomiendo es relajaros. Estéis estresados, aburridos, ansiosos o hiperactivos, lo mejor es relajarse ante todo. Hacer una buena relajación mediante ejercicios específicos para ello nos ayuda a despejar la mente y a mejorar nuestro estado de ánimo. También hace cosas como bajarnos el colesterol, ¡pero eso no viene al caso! Bien, normalmente lo que os van a decir o lo que vais a leer es que tenéis que hacer ejercicios de relajación. Y estoy de acuerdo, porque son una maravilla, de verdad. Pero también os voy a decir algo más que no os van a decir con tanta frecuencia ni vais a leer casi nunca: cansaos. Moveos. El estrés son nervios, energía que se remueve y no está en su sitio, ¡gastadla! Muchas veces estamos más inquietos de lo normal hasta llegar a estresarnos porque nuestro cuerpo tiene más energía de la que gasta. Pensad que cada día le diésemos al coche gasolina en gran cantidad y lo moviéramos sólo una vez por semana, ¡o ni eso! Bien, el coche rechazaría la gasolina pero el cuerpo no nos va a hacer vomitar sistemáticamente. Engordaremos, sí, pero la energía no es solamente eso. Hay que gastarla. El ejercicio para eso es maravilloso. Además, el ejercicio es un antidepresivo natural maravilloso: no sólo liberarás energía sino que también te sentirás divinamente. Con cansancio, pero un poco más feliz cada vez.

El ejercicio, la música o el aire libre
son buenos para relajarnos.
Vale, no tenéis tiempo. Ya sé que esa es la primera alegación, ¿y sabéis qué? Tenéis razón. No tenemos tiempo ni dinero para apuntarnos a gimnasios o salir a la montaña todas las semanas. Tampoco, si ya de por sí tenemos pocas ganas por la falta de costumbre, nos ayuda el tener que comprar el equipo para hacer determinados ejercicios o tener que prepararnos para salir a correr, con lo que conlleva: que si vestirse con ropa adecuada, bajar a la calle, que si a veces hay hijos/sobrinos/hermanos de por medio que nos tendríamos que llevar y no podemos, que con el poco tiempo del que disponemos se nos va todo en tener que prepararnos nosotros y las herramientas... Así que, estoy de acuerdo, no tenemos tiempo. No mucho, al menos. Pero sí el suficiente como para las cosas que os voy a sugerir:

1. ¡Para! Stop! Puede que tengas platos que fregar, tarea que hacer o una serie que ver, pero no se van a ir de ahí -para bien o para mal-. No necesitas dedicar una hora al ejercicio siempre y cuando lo hagas a diario.  Esos veinte minutos que te dedicas al descanso entre tareas o a tomarte algo rico puedes dedicarlo ¡a correr en seco! Sí, suena ridículo pero es mano de santo. ¿Tienes exceso de energía? ¡Quémalo! Escoge un sitio donde estés a gusto y no te choques con los muebles -ni te dé vergüenza, si no te gusta que te vean- para correr sin avanzar. Si te aburre o le ves poco sentido, puedes ver un capítulo de una serie -suelen ser unos 20 minutos si lo haces sin anuncios, como en el ordenador-. Si el tiempo de la serie es justo el que quieres destinar al ejercicio, te podrás olvidar de relojes o alarmas porque sabrás que ya has terminado cuando la serie se termine, ¡muy relajante!

2. Aprovecha lo que tienes día a día. Las escaleras son un gran invento de Dios para ello. Si normalmente coges el ascensor en el metro, por ejemplo, o te quedas quieto en las escaleras mecánicas ¡cambia!. Sube y baja por las escaleras siempre que puedas, ¡si hasta llegarás antes a los sitios! Y recuerda que el ejercicio hace que liberes más endorfinas: llegarás antes a los sitios y encima empezarás el día con más optimismo o cogerás la tarea con más ganas. Mano-de-santo.

3. Baila. Pero no en discotecas o salas de baile o lo que sea. No, no, en casa. ¿No puedes parar de hacer tareas? Pues ponte música y procura moverte, aunque sólo sea balancear un poco el peso de una pierna a otra. Aunque sea menos que correr, por ejemplo, irás gastando energía progresivamente y te sentirás mucho mejor. Y si puedes bailar como tal en casa y lo prefieres a correr o hacer aerobic, ¡pues marcha, marcha!

Son tres cositas que se pueden hacer en el día a día de una persona ajetreada y con poco tiempo o que se desmotiva fácilmente con el tema del deporte. Yo, sin ir más lejos, soy exactamente así y estos tres trucos son fantásticos y se adaptan perfectamente. Si alguien tan físicamente perezoso y atareado como yo puede, seguro que tú también lo consigues.

Medites o duermas, lo
importante es que te relajes.
A parte de eso, si liberar energía no es lo que te pide el cuerpo o estás demasiado cansado como para ponerte a ello, lo mejor son los ejercicios de la relajación: respirar por la nariz pausadamente y soltar el aire poco a poco por la boca unas cuantas veces ayuda mucho. Y si algo tan estático te puede los nervios -a veces parar para relajarse puede ser irónicamente enervante- haz un ejercicio de relajación que consiste en estirar una a una todas las partes de tu cuerpo: tensas los músculos y los relajas poco a poco varias veces. Tensas-relajas, así con todo el cuerpo. Es más dinámico y relaja muchísimo también.

Si lo que te ocurre es puro cansancio, como ya he mencionado en el apartado anterior, la solución es muy sencilla: descansa. Dormir es lo mejor que puedes hacer tanto si tu cansancio es físico como mental. Dormir hace que nuestro cerebro repase la información que tiene y que ha adquirido, que seleccione, integre y reordene. Que durmamos no significa que no trabajemos: mientras duermes, tu cerebro está haciendo y deshaciendo ideas a una velocidad pasmosa que conscientemente ninguno de nosotros seríamos capaces de hacer. Es por ello que muchas veces soñamos con la idea "perfecta" o creemos haber vaticinado algo; en realidad, es nuestro cerebro que ha dado con la respuesta más adecuada a nuestras necesidades. Es lo mismo que hubiéramos hecho nosotros conscientemente si dispusiéramos de menos tensión y mucho, mucho más tiempo y capacidad analítica.

¡Aquí nadie ha dicho nada de
Piratas del Caribe y Monkey Island!
Si, por otra parte, sientes que "te has quedado seco en ideas" lo que necesitas es buscar otras fuentes de inspiración. Escuchar música acorde a lo que estás haciendo, ver una película, leer o jugar un videojuego -si te gustan, claro- son maneras fantásticas de generar nuevas ideas. Puede que encuentres algún detalle que ponga en funcionamiento de nuevo tu imaginación. También puede darse el caso de que en algún momento veas algo con alguna relación a lo que tú necesitas y que te aporte una nueva idea que podría poner en funcionamiento de nuevo todo el proyecto a partir de donde te quedaste. ¡Ojo! Que no digo que copies las cosas. A ver si vas a ver un videojuego antiguo y de pronto vas a hacer una película cuyos derechos de autor no se los va a pagar ni Peter, ¿eh?

Cambiar de espacio también ayuda mucho. Cuando llevas horas frente a la mesa de trabajo o días dándole vueltas a lo mismo sin moverte de los sitios de siempre, dar una vuelta o hacer una excursión a un sitio que no suelas frecuentar puede darte el empujoncito que necesitas. También puedes ir y llevarte parte de tu material a un lugar que te guste y continuar en la medida de lo posible allí: escribir en una cafetería o dibujar en un parque son buenas formas de cambiar de aires sin necesidad de hacer grandes planes ni irte muy lejos de casa. 

Por último, os sugiero una de mis favoritas: la gente. Nuestro sistema nervioso tiene capacidad para soportar mucha más estimulación de la que normalmente recibe (sí, sí, aunque parezca que los programas de la MTV son superiores a nuestra capacidad). Las personas son fuentes de estimulación fantásticas: tienen colores, se mueven, emiten sonidos, puedes interactuar con ellos, te pueden sorprender. Es por eso que los niños muy pequeños se entretienen tanto con las personas: les ofrecen más estimulación que ningún juguete en el mundo. Pues, en el caso de los adultos, también nos gustan las personas. Aunque seas alguien huraño, incluso, tratar con alguien de tu agrado puede ayudarte a desconectar. Y, por qué no, a buscar ideas entre tú y las otras personas también ayuda: el trabajo en equipo suele ser más productivo que el individual, aunque sea para pequeñas cosas. 
Hacer las cosas en compañía también puede ayudarnos.

Esto es todo. Se me hace tarde y yo mañana madrugo. Mi yo de dentro de unas horas se va a acordar mucho y mal de mí, del bloqueo, de vosotros y de la leche en vinagre. 

Espero haberos servido de ayuda. Y, si no lo he hecho, que por lo menos os hayáis reído un poquito entre las tonterías que de vez en cuando digo y los dibujos que he hecho para ilustrar lo que digo. 

¡Nos vemos!



sábado, 27 de abril de 2013

Cómo hacer un dibujo digital


¡Hola! Dispongo todavía de unos minutos antes de tener que marcharme, ¡y emplearlos con vosotros me parece una buena idea!

Veamos, como ya dije en una ocasión, hago dibujos por encargo (sobre todo, en deviantArt). Y, mientras lo hacía, pensé que sería una buena idea ponerlo y explicar un poquito cómo he hecho este. No es como el de la ballena, que tenía unas condiciones especiales, sino que este es un dibujo como los que normalmente suelo hacer. Por ello lo pongo, porque si puede ayudar a alguien, ¡mejor que mejor!





1. Hacemos el lineart. Hay gente muy, muy buena con el color que directamente empieza por él. Pero si prefieres tener líneas (ya sea para dejarlas luego o sólo usarlas de guía) lo más básico es hacer el dibujo en sí mismo.


En mi caso he utilizado tableta y he trazado las líneas que utilizaré hasta el final sobre un boceto. Cuando hayáis cubierto todas las zonas y quitéis el boceto que os ha servido como guía -ya no os hará falta- quedará una cosa tal como la que se ve a continuación.


2. Ahora, la base del color. En otras palabras, el color principal sobre el que aplicaremos las luces, sombras,  texturas, etc. que conformarán el dibujo final. Un truco: si utilizáis colores claros y un fondo blanco o transparente, os va a costar detectar si os habéis salido de la línea o no a simple vista. Cada parte del dibujo puede oscilar entre la gama de colores cálidos o fríos, pero para cuando estéis con cada una os sugiero poner un fondo provisional con un color más oscuro, que contraste o que, dicho de manera no muy adecuada pero fácilmente comprensible, un color que chille mucho. Con eso os vais a dar cuenta de que os habéis salido antes de que lo hagáis.
¡Oh, Dios mío! ¡Un Avatar!


Para colorear cada parte, podéis hacerlo de muchas maneras, pero yo os digo las que suelo usar y me dan mejores resultados:

  • Nota: en ambos casos, te sugiero hacer cada zona en una capa distinta. 
Un poco plano, ¿no? ¡Nada, nada!
¡Ahora se soluciona!
-Seleccionar cada área (sobre el lineart, no sobre la capa que vas a pintar o el programa escogerá todo el plano del dibujo y no sólo lo que tú quieres) y luego utilizar o bien el propio pincel para pintarlo todo rápidamente o la típica herramienta cubo que da color a todo lo que selecciones.
-Dibujar directamente cada parte. Seleccionar no siempre es algo que se pueda hacer directamente (a veces la línea no es lo bastante fuerte, las áreas están abiertas...) así que la selección, en ese caso, se tendría que hacer delineando. Pero, si ya tienes que delinear en sí, ¿por qué no lo haces directamente con color?

Sea como fuere, os tiene que quedar al final como el dibujo de la derecha.


3. Luces y sombras, ¡démosle profundidad! 

3.1. Las sombras. Bueno, lo común es empezar por las luces; pero yo, que soy así de especial, suelo empezar por las sombras. Me resulta mucho más fácil imaginarme dónde irá cada una. Así pues, aunque voy a tocar ambos aspectos, voy a empezar por las sombras.

Antes de nada, otra sugerencia: como ya tendrás la base hecha por capas, selecciona cada una de ellas, crea una nueva encima y ponte a pintar. Al estar la zona delimitada es difícil que te salgas y pintes otras zonas o incluso el que va a ser el fondo. Ante todo, economizas: es menos tiempo que empleas borrando después.

Sombra aquí y sombra allá...
Ya va tomando forma, ¿verdad?
Sea por lo uno o por lo otro por donde comiences, un consejo: si te pasa como a mí al principio y consideras que tus sombreados tienen siempre la misma dirección, intenta imaginar lo que estés haciendo con volumen y dónde les pondrías un foco de luz. Las zonas que estén más cerca y sobresalgan tendrán luz y las más hundidas, lejanas y, ante todo, detrás de zonas de luz, se irán haciendo progresivamente más oscuras.
Imagina que ese foco en vez de dar una luz homogénea lanzase un haz de luces o, dicho de otro modo algo más burdo pero más ilustrativo, rayos. Rayos bien visibles de luz, líneas rectas que nacen en el foco y van hacia el otro extremo del dibujo; cuando den con una de esas zonas de luz, la línea se detiene e inunda en mayor o menor medida esa zona. Y, entonces, la zona iluminada proyectará sombra (al igual que tú y yo proyectamos una cuando la luz nos ilumina por la calle).

Puedes empezar por la parte del dibujo que quieras: vas a tener que hacerlo en todo, así que escoge la que te resulte más fácil, más divertida, más interesante... Lo que tú quieras.

Las sombras, al igual que las luces, es mejor hacerlas poco a poco en diferentes fases. Te recomiendo que con una herramienta suave hagas sombras amplias pero suaves allí donde la luz no incida. Si te es necesario, difumina los bordes en los que termina la sombra y empieza el color base para que quede más fluido. Después (mejor si es en una nueva capa, recuerda que si tienes que borrar cuanto menos trabajo te cueste mejor), haz sombras cada vez más finas pero con un color más contrastado. Estas, tanto las sombras suaves como las bruscas, puedes hacerlas en tantas veces como quieras: cuantas más hagas, mayor sensación de degradado y, con ello, tridimensionalidad. Eso ya depende de qué tipo de dibujo quieras hacer, porque dependiendo de qué estilo hagas el sombreado es de una manera u otra.


Este es el resultado de añadir las luces
3.2. Las luces. Las luces son lo que le van a dar ese toque redondeado. Además, ¡son muy gratificantes de hacer! La clave aquí sí que se encuentra en los degradados y las sutilezas, muy poco a poco. Una cosa muy útil -y que es la que hace divertida y gratificante esta parte- es hacer pequeñas líneas en los puntos fuertes de luz y luego difuminar un poco de la siguiente manera: donde incide más la luz se difumina poco y, a medida que se aleja, se difumina más. ¡Veréis qué bonito queda! El sistema, además, es el mismo que con las sombras. Os vendría bien poner estas capas encima de las de las sombras: así si os habéis colado un poquito escogiendo cuánto van a abarcar las sombras, la luz lo corrige. Tiene que quedar como el dibujo de arriba.


4. Un fondo adecuado para el dibujo. En este caso, para resaltarles a ellos, no es necesario poner un fondo elaborado. Basta con un color suave que acompañe el dibujo principal. Prueba a darle volumen sombreando alrededor de los personajes (en la dirección contraria donde da la luz, recuerda) o bien escoge diferentes tonos del mismo color y repártelos al azar por el fondo. Eso, realmente, queda a tu gusto y elección: prueba diferentes cosas, no le tengas miedo a borrar las veces que sea necesario y ¡diviértete hasta dar con un fondo de tu gusto!

5. Acabar el trabajo. Redimensionar, firmar, retocar algo... Eso ya es cosa tuya. Lo importante es que, cuando ya esté listo, haya quedado completamente a tu gusto.











Bien, ¡eso es todo! Os dejo un resumen en imágenes por si os resulta más cómodo echarle un vistazo. ¡Hasta la próxima!


viernes, 26 de abril de 2013

¿Nuevo con la tableta gráfica? Calma, no desesperes

Artículo recuperado gracias a Sheila, del blog "El Otaku perdido" (enlazado justo a la derecha) ¡Infinitas gracias!



Estaba ahora mismo dibujando un poco cuando, entre trazo y trazo, he pensado en mis inicios usándola.

Veréis, por muy bien que sepáis dibujar y muy firme que sea vuestro pulso, las primeras veces (como dos semanas, si dibujas a diario) la tableta gráfica os va a resultar una locura. ¿Por qué? Porque, sencillamente, dibujar en un sitio y ver el resultado en otro va a hacer que vuestro cerebro se vuelva majareta. Pensad que lleváis toda la vida dibujando y viendo lo que dibujáis en el mismo sitio. Lo hicieseis donde lo hicieseis, mano y ojos estaban puestos en el mismo sitio.

¿Qué pasa con la tableta? Pues que esta idea que tu cerebro considera tan lógica se rompe. Dibujas en un lado y ves el dibujo en otro. No puedes mirarte la mano para ver qué dibujas, porque:


  • Vas a verlo todo negro -a menos que tengas una de esas tabletas de profesional en las que dibujas y ves el resultado en la pantalla a la vez-.
  • No vas a ver qué dibujas, ya que lo que hagas estará en el ordenador.

Así que durante un tiempo -aclimatarse a esto son sólo unos pocos días, no os preocupéis- vais a estar sintiéndoos como esas personas mayores que cogen un ratón por primera vez y exclaman de vez en cuando cosas como: "¡Ay! ¿Y la flecha? ¡Pero si yo le he dado ahí!". 

Sí, amigos. Sentiréis que lleváis el lápiz a la derecha y que éste tiene voluntad propia. 


Como os he dicho, no es mucho tiempo. En dos dos veces o tres que te hayas puesto con ello un rato en seguida tu cerebro dice: "ah, de acuerdo, pues miraré yo también a la pantalla". Una vez hayáis domado el lápiz y os obedezca en cada una de vuestras órdenes os toparéis con el siguiente problema: las dimensiones.

Normalmente, hasta que la tableta llegó a vuestras manos, lo común era observar el lugar donde pintabais -folio, cartulina, cuadernillo de clase, lienzo, muro...- y calcular el espacio que teníais para pintar en función de las dimensiones del mismo. Muy obvio. Pero la tableta tiene la mala idea de ser más grande o más pequeña que el espacio virtual con el que contamos. Es decir; tu tableta es casi tres cuartos de ancha que un teclado de sobremesa (y no vas a usar su totalidad), pero el nuevo archivo que has abierto en Photoshop es como un din A3. 
Por lo general, el lápiz pasará la mayor parte del tiempo en la zona central de la tableta, cuando según el ordenador estaréis pintando toda la superficie del dibujo. Adoraréis en todas sus formas la capacidad de acercar y alejar de programas como el ya mencionado Photoshop o la de girar el dibujo como la del Paint Tool Sai. 
¿Contraintuitivo? Sí, también, por eso al principio es costoso adaptarse. De todos modos, esto es lo más rápido de aprender: en cuanto sepáis llevar el lápiz donde queréis, saber cuánto espacio hay para cada cosa es cuestión de hacer un par de pruebas. 

¡Bien! ¿Qué toca ahora?

Bueno, ante todo os estoy hablando desde mi experiencia y la de algunas personas que he leído en otros blogs. Puede que tu caso no sea el mismo, pero si seguimos con mi ejemplo, yo diría que lo siguiente es el trazo. 

Quizá os pase como me pasó a mí. Casi siempre tengo buen pulso y mi trazo es limpio y firme... así que cuando vi lo que pasaba en la tableta me extrañé mucho. Fue una sensación de desasosiego bastante grande después de ver que con esta ya era la tercera diferencia del dibujo real. Pero, al igual que había visto que las dos anteriores las superé a fuerza de tesón, sabía que esta también. Y lo mismo os pasará a vosotros.

Como ya he dicho, las dimensiones funcionan de una manera diferente. Así pues, trazar líneas también. El motivo lo tendréis a estas alturas bastante claro: si la tableta es pequeña pero el espacio virtual muy grande -tanto como lo que yo necesito hacer- de un tirón no lo puedo hacer. En formatos físicos sí se puede, pero aquí no. Así que, si también sois del club del trazo firme, sabed que no sois los únicos que se sienten con Parkinson las primeras veces: todo es cuestión de adaptarse. Para esto cada persona tiene un sistema que le hace las cosas más cómodas y ajustadas a ellos mismos, pero yo tengo dos:

  • La lenta, con trazo firme: Sé generoso con el zoom y la ruleta y sigue estos pasos: amplía-dibuja-mueve el dibujo-dibuja-mueve el dibujo-aleja-comprueba que no has hecho una barbaridad-amplía-recentra el dibujo-dibuja... y así todo el rato. Con esto conseguiréis un trazo limpio y recto, parecido al que os sale dibujando en físico pero mejor todavía. Pensad que, al ser digital, a poco que os salgáis podéis borrar sin estropear nada, mientras que en físico eliminar un error es más costoso. Puede que suene pesado y muy largo de hacer, y al principio lo va a ser. Sin embargo, a los pocos dibujos ya habréis tomado velocidad y práctica y tardaréis menos.

  • La rápida, de trazos cortos: Va a dar sensación de boceto. ¿Por qué? Porque consiste en un montón de pequeños trazos que, en conjunto, conformarán las diferentes líneas que queráis hacer. Por otro lado, que dé sensación de boceto no es algo malo. Al contrario: queda muy bien. Es un resultado distinto al anterior, simplemente. Tardaréis menos y os parecerá más gratificante de hacer, principalmente como os digo por el poco tiempo empleado y lo bien que queda. 


Por último, aunque prefiero no incluirlo como un punto más, también tenéis otra opción: dibujadlo y entintadlo a mano. Después, escaneáis, limpiáis el dibujo para quedaros sólo con las líneas y ya coloreáis. Es la forma, sin ninguna duda, más rápida de todas. La desventaja está en que parece menos limpio y uniforme que las dos anteriores, ya que aunque el trazado sea recto como el primero se ven los errores comunes de dibujar a mano. Pensad que si os salís aunque sólo sea un poquito del trazo en dibujo digital borrar es sencillísimo, vuelvo a decirlo. Y aunque podáis corregir lo mismo en el dibujo escaneado, aunque quedará mejor, no dará la misma sensación uniforme y limpia del trazo digital. De verdad, si no os importa perder un poco de tiempo practicando al principio -aunque verdaderamente no es pérdida ninguna- es preferible que hagáis los trazos directamente a ordenador.


¿Esto es todo? ¡No, pero casi!

Un último consejo, y no doy más por cuestiones de tiempo. Lo que más tiempo os va a llevar es ser capaces de visualizar todo y calcular todo de tal manera que podáis hacer todo el dibujo directamente en la tableta. ¿Qué os sugiero? Que al menos hagáis el boceto primero en físico. Podéis hacer bocetos también directamente, pero si os va a costar igual que el trazo principal y no vais a quedar satisfechos en ningún momento no os merece la pena mientras aún no lo dominéis bien. Haced el dibujo en papel, aunque ni lo completéis del todo. Escaneadlo, sin entintarlo siquiera, no es necesario. Y, una vez hecho y sirviendoos como guía, repasad y corregid lo que haga falta desde la tableta. Una cosa tal que así:



¡Espero haber servido de ayuda! Y, si no de ayuda, de entretenimiento por un ratito. ¡Hasta la próxima!

jueves, 25 de abril de 2013

¡Ups!

¡Bueno, tarde o temprano tenía que pasar! Soy nueva en esto del blog y ayer tenía cantidades absurdas de sueño, lo cual no me detuvo para seguir intentando trabajar aquí y en deviantArt. Mal hecho.

El caso es que hay dos entradas que, por tocar donde no debo, borré: la que hablaba sobre la experiencia de la tableta gráfica y la de gente sugerida en dA para tomar referencias. Si acaso alguien que lo haya leído vuelve para buscarlo y no lo encuentra, que me deje un comentario y lo vuelvo a editar.

Veré si en hoy escribo alguna cosilla nueva útil con la que compensar en la medida de lo posible la metedura de pata. ¡Nadie nace sabiendo!

... aunque muchos saben cuándo irse a la cama.

¡Hasta la próxima!

martes, 23 de abril de 2013

Paso a paso: "La ballena alada"



En deviantArt existe la posibilidad de cambiar dibujos por puntos de la página (ya lo explicaré en otra ocasión para quienes no conozcan esto). Yo, en http://whianem.deviantart.com/ hago exactamente eso.

Una de las cosas más raras que me han pedido hasta ahora es el dibujo que tenéis ahí arriba. Una de las más raras y de las más interesantes: se trata de unaballena con cuatro patas grandes y unas alitas de murciélago no necesariamente funcionales (tal cito al chico que me lo encargó. Si queréis visitar su dA, es el siguiente: http://jakeukalane.deviantart.com/).

Yo no suelo dibujar animales ni monstruos, más bien me centro en figuras humanoides. Sin embargo, precisamente por eso, me resultó un reto atractivo el hacer algo que normalmente no suelo.
"Salamander Whale"
http://thekiller7.deviantart.com/art/Salamander-whale-213930833

 En mi anterior entrada dije que no todo el mundo es anatomista. Bien, tampoco somos zoólogos; pero con los medios de los que hoy disponemos, encontrar fotografías y esquemas de animales es tan sencillo que se tarda más en decirlo que en hacerlo. Con unas cuantas fotografías del National Geographic, por ejemplo, tienes suficiente para empezar. Las patas quedan al gusto, pero en mi caso me hice a la idea de un elefante, a pesar de que el chico que me encargó el dibujo me dio una imagen en la cual fijarme a la hora de tomar un punto de partida.

"The Dragon and the burglar"
http://dancingheron.deviantart.com/art/The-Dragon-and-the-Burglar-348860699
Por otro lado, también tomé referencias de dibujos fantásticos, aunque en este caso me las dio la persona que me comisionaba. Las alas he intentado hacerlas como el dragón que me mostró; no exactamente iguales, no quería esas alas, pero sí tomar la idea de ala de dragón-murciélago.


Los monstruos gigantescos y submarinos me dan un miedo atroz. Pero, a pesar de ello y no sé muy bien por qué, me ha hecho gracia la idea de ponerlo bajo el mar. Además, me resultaba ciertamente simpático poner a un ser tan grande e impactante nadando feliz bajo el mar, generando burbujas y pataleando por el agua. También se debe a que la aparente sonrisa de las ballenas producida por sus barbas me inspiraba algo amistoso.

También es verdad que la luz bajo el agua no funciona igual que en tierra. No tengo muchos dibujos marinos, por lo que el reto se duplicaba si no me limitaba sólo a una ballena alada y con patas.

Por no alargar esto mucho, os dejo un resumen en imágenes del proceso.



miércoles, 17 de abril de 2013

Trabajos de Cartelería

Recientemente he realizado un par de trabajos de cartelería de los que estoy francamente orgullosa. Ambos están hechos para la asociación cultural de estudiantes "El Señor de los Dadillos", de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM. 

XXIII Concurso Literario "El Señor de los Dadillos", 
con tema "El erotismo en la facultad"

 
Este dibujo fue bastante sencillo de idear salvo por una cosa: quería hacer una mujer semidesnuda y ocultar parte de sus formas tras algo. Pensé en sábanas o en un vestido vaporoso semiabierto, pero quería dar la idea de que realmente no habría nada tras aquello en lo que se ocultase. Y, como imaginaréis, un vestido o unas sábanas están asociadas a la ropa, que a su vez alejan la idea de desnudez. Pensé, entonces, en esos divertidos dibujos en cascada en los que, por ejemplo, una persona ve en la televisión a la misma persona que también ve una televisión en la cual hay lo mismo una y otra vez. No obstante, los carteles no tienen que ser demasiado recargados: el dibujo debe llamar la atención lo suficiente como para que te fijes en él, pero no lo bastante como para que ignores la información (que es lo que de verdad importa del cartel). Poner una imagen en bucle hubiera sido recargar demasiado todo. Por ello, aunque lo que lleva realmente es el cartel, mismo en el que aparece, sólo coloreé levemente el marco.

Otro detalle: los ojos también aparecen ocultos, aunque mostrarlos no resulta obsceno. ¿Por qué hacerla sin una parte tan importante de la identidad de alguien? Precisamente por eso, por el tema de la identidad. Eliminar los rasgos más importantes de una cara -o la totalidad de la misma- hace que la persona sea anónima y, por tanto, que pueda ser cualquiera. Si bien aquí eliminamos la posibilidad de que sea un hombre no caucásico y de que tenga un tono de cabello que no sea el pelirrojo, no dejamos de hacer que pueda ser cualquier mujer. ¿Y qué mujer es "cualquier mujer"? La que a ti te guste. Ahí reside la mejor parte de lo que significa erotismo: el erotismo es sutil y no hay zona más erógena en el ser humano que su propia imaginación.

Finalmente, un detalle un poco travieso y tampoco dejado al azar (como diría una de mis profesoras, nada aparecido en la publicidad es casual) es el dónde están situados los datos más relevantes: cerca del único pecho que se insinúa y del muslo más visible. ¡Tadá! La gracia de un cartel es la de cualquier anuncio: dispones de muy poco tiempo para atraer la atención de aquellos a quienes pretende llamar y, además, es muy sencillo que descarten la posibilidad de seguir leyendo. Poner las cosas donde sabes que es más probable que se mire hará que sea más sencillo que la información llegue por poco tiempo que le dediquen.


I Torneo de Bang! "El Señor de los Dadillos"

De este otro también estoy muy satisfecha. Sin duda la forma de hacerlo fue menos rebuscada que la anterior. A fin de cuentas, aquí contaba con la ventaja de un logo conocido (el del juego de cartas "Bang!") y los juegos de cartas, a priori, suelen resultar más atractivas a la gente que la escritura.
Muy sencillito: un bandolero, en un lateral con colores y solidez que destaque. De esta manera también buscaba llamar la atención, pero más por la técnica que por el contenido en sí (al revés que en el caso anterior). Quería hacer un dibujo llamativo, fuerte, que hiciese que quisieses atender el dibujo en primer lugar. ¿Por qué? Porque el propio logo del juego va unido al dibujo. Y dado que es un juego de sheriffs y bandoleros, el propio dibujo es bastante informativo.

Una vez lograda la atención, la información preferí centrarla sencillamente porque, al tener el dibujo en un lateral, contaba con más espacio. El doble fondo del dibujo, con una sombra plateada, pretendía evocar metales, hierro, acero. Algo que se suele asociar al mismo contexto que un bandolero del oeste. 

Por último, si en el primero pretendí atraer la atención con algo primario como la sexualidad (figuras sinuosas, insinuaciones de desnudez...) en el segundo recurrí a otro elemento primario: la violencia. Nada más sencillo que un fondo de sangre disparada contra la pared que, junto a un bandolero y un rifle bien largo no trae ninguna sorpresa. 

¡Y listo!



Ahora que lo pienso según releo mis propias palabras, he recurrido a unas ideas bastante psicoanalíticas: sexo y violencia, uno para cada cartel. Y esta distribución fue bastante inconsciente, para más INRI. 

¡Freud estaría orgulloso!

Inauguración del blog (o porqué ando yo aquí)

Queridas gentes, he decidido finalmente hacerme un blog. Tras varias sugerencias, alguna insistencia que otra y muchos buenos consejos, me he dado cuenta de que este es un muy buen medio para dar a conocer un apreciado hobby que -no estaría mal- me gustaría convertir algún día en algo más.

Algunos me conocéis a mí, otros conocéis mis dibujos y otros conocéis ambas partes. De hecho, conocerme a mí es conocernos a ambos, pero lamentablemente esto no se da en la otra dirección.

Para eso está este blog.


Me llamo Eva, tengo a día de hoy 22 años (nacida un 24 de Agosto -como la catástrofe de Pompeya- de 1990), y estudio Psicología. ¿Y qué hace una aspirante a psicóloga haciendo un blog de dibujo y no, por ejemplo, de investigación clínica o algo semejante? Sigue leyendo.

Llevo dibujando desde que mis dedos fueron capaces de sostener un lápiz. No es broma; los lápices, las pinturas de madera, acuarelas, los folios, las cartulinas o -que mis padres me perdonen- las paredes de casa, han tenido una estrecha relación conmigo desde muy temprana edad. Hablar de dibujo era hablar de mí. Si bien tengo otras aficiones en las que trabajo, es el dibujo el que quiero llevar lo más lejos posible. Hace tiempo me rondaba la idea de hacer que lo que para mí es una preciosa pasión pudiese tomar un nuevo rumbo. Y para eso está este blog, como he dicho, para que me conozcáis, para conocer mis dibujos, conocernos a ambos a través del uno o del otro, mejorar, crecer y, por qué no, llegar un día a hacer de mi pasión algo rentable.

Para ello necesito vuestra ayuda, la de todos los que me leáis, y vuestra confianza. Críticas, sugerencias, consejos, peticiones...
 Así pues, iré actualizando con dibujos, ocurrencias, enlaces... Cuanto sea con tal de mejorar y prosperar.

Así pues... ¡Bienvenidos a Con Café y Lápiz!